Del tenis al pádel: diferencias que sorprenden

Del tenis al pádel: diferencias que sorprenden

Lo que cambia realmente al pasar de la raqueta a la pala

Cada vez más jugadores de tenis se animan a probar el pádel. A primera vista parecen deportes hermanos, pero en la pista las sensaciones cambian mucho más de lo que uno imagina. Tanto las reglas como la técnica y la dinámica de juego presentan particularidades que sorprenden al recién llegado.

En este artículo, desde Spiral Padel, te mostramos las principales diferencias entre tenis y pádel para que entiendas qué cambia realmente cuando decides dar el salto.

1. La pista: tamaño y paredes que lo cambian todo

La cancha de pádel mide 20 x 10 metros, casi la mitad que una pista de tenis. Esta reducción hace que el juego sea más rápido, más intenso y con menos tiempo de reacción.
Además, las paredes forman parte del juego: la bola puede rebotar en cristal o malla y seguir en disputa. Para un tenista acostumbrado a que el punto termine fuera de líneas, esto es una sorpresa total.

2. La pala frente a la raqueta

La pala de pádel no tiene cuerdas, sino una superficie sólida con agujeros. Eso implica menos rebote y exige mayor precisión en los golpes.
En tenis, la raqueta ayuda con la potencia y el efecto gracias al cordaje. En pádel, la técnica, la muñeca y el control mandan.

3. El saque

El servicio en tenis es un golpe protagonista y decisivo. En pádel, en cambio, se ejecuta siempre por debajo de la cintura y con un bote previo de la pelota. Esto hace que el saque pierda agresividad y gane importancia la estrategia del punto siguiente.

4. La duración de los puntos

En tenis, un punto puede resolverse rápido con un buen saque o un golpe ganador. En pádel, gracias a las paredes y al tamaño reducido de la pista, los puntos suelen alargarse. Esto obliga a tener más paciencia, movilidad y resistencia.

5. La táctica y el juego en pareja

Aunque existe el pádel individual, el formato más extendido es el de dobles. La comunicación, las coberturas y el trabajo en equipo son esenciales.
En tenis, la modalidad individual es más común, y en dobles la pista más grande deja más huecos. En pádel, cada decisión se comparte y la coordinación con tu pareja marca la diferencia.

6. El material y el coste de iniciación

Las raquetas de tenis suelen tener un precio inicial más alto y el mantenimiento de cordajes también suma. En pádel, las palas tienen un coste más accesible y no requieren encordado. Esto facilita que más gente se anime a probar el deporte.

7. La accesibilidad para principiantes

El pádel es considerado más fácil para empezar: menos exigente físicamente, más controlado y con puntos que se pueden alargar desde el inicio. El tenis, en cambio, requiere más técnica desde los primeros golpes para lograr intercambios fluidos.

Del tenis al pádel hay un camino lleno de sorpresas. Lo que en uno es potencia y precisión, en el otro es táctica y control. Adaptarse requiere paciencia, pero muchos jugadores coinciden: una vez pruebas el pádel, su dinamismo y diversión te enganchan.

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